Foto: Miguel A. Tarancón, 2009. |
Tardes de Primavera
en el Cerro de San Blas,
senda de pan y chocolate
que apenas recordarás.
Tardes de Primavera
dejando el tiempo pasar,
escuchando en su ladera
el silencio de la ciudad.
Tardes de Primavera
y aires de libertad,
ensoñaciones pasajeras
en el Cerro de San Blas.
(Estos versos quieren ser un pequeño homenaje a esas tardes luminosas de nuestra niñez en las que los amigos subíamos al Cerro de San Blas y no había, entonces, aventura más excitante. En especial, al puñado de tardes en las que mi hermano mayor, que entonces terminaba la EGB, me llevaba con él a sus reuniones de pandilla en el Cerro, en las que planeaban minuciosamente la confección de una verdadera tienda de campaña a base de plásticos y grapas. Y yo los veía hacer y discurrir y me imaginaba dentro de esa tienda de campaña improvisada en arriesgadas acampadas más allá del Cerro, en los montes lejanos del Sur...)
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